La Covid-19 ha interrumpido la forma en la que trabajamos, y lo seguirá haciendo al menos durante algunos meses más. Siempre nos centramos en las consecuencias negativas que ha traído consigo la pandemia, pero también ha logrado cosas buenas.
Por ejemplo, el teletrabajo ha contribuido a implementar una cultura de empoderamiento y alto rendimiento. Y, a su vez, ha ofrecido la posibilidad de generar nuevas estructuras organizativas que ayuden a impulsar las empresas hacia el futuro.
En este escenario, el Agile Recruiting entra en acción. En los procesos de selección, la metodología Agile sienta las bases para un mejor enfoque a la hora de priorizar los tipos de proyectos, una mejor colaboración entre equipos y departamentos y un proceso de adquisición de talento más óptimo y eficaz.
El concepto de “agilidad” en las organizaciones empezó con el Agile Manifesto, el cual se desarrolló en 2001 dentro de la industria del desarrollo tecnológico. En RRHH, usamos esta filosofía IT para crear mejores proyectos, promover el trabajo en equipo y utilizar metodologías más dinámicas con los que conseguir resultados de alta calidad con continuas mejoras.
A grandes rasgos, una organización ágil pretende:
Adaptarse rápido a los cambios.
Responder eficazmente y con flexibilidad a las demandas de los clientes.
Liderar los cambios que permitan ser más productivos a menor coste, sin comprometer la excelencia.
Generar Networking.
Estar continuamente en ventaja competitiva.
Por eso, muchas organizaciones están empezando a prestarle atención a las metodologías ágiles. Según una encuesta realizada por Deloittle, el 79% de los líderes ejecutivos calificaron la gestión ágil de los procesos organizativos como una alta prioridad.
Los principios ágiles están asociados a metodologías adaptativas, colaborativas e innovadoras en las que las personas se vuelven el centro de todos los esfuerzos. Los perfiles y roles se están transformando y los recruiters deben ponerse a la altura si quieren seguir siendo competitivos dentro de un mercado líquido en constante evolución.
En un contexto de atracción y selección de talento, la adopción del Agile Recruiting se puede aplicar siguiendo los siguientes cuatro principios básicos:
Los compañeros y los candidatos están por encima de los procesos y las herramientas.
Contrataciones rápidas, frente a largas etapas de reclutamiento.
Presentar los desafíos del puesto por encima de una lista de requerimientos.
Adaptarse al cambio de roles, en vez de buscar talentos inusuales.
De esta forma, Agile Recruiting permite aumentar las oportunidades de feedback, aprendizaje y corrección de los procesos de una forma más ágil - valga la redundancia - y, por lo tanto, mejorar las dinámicas para que se adapten a lo que realmente necesita la organización rápidamente, afrontando satisfactoriamente los retos que se puedan ir presentando.
Dependiendo de los objetivos de cada organización, el departamento de RRHH aplicará los principios Agile de una forma u otra. No obstante, según la consultora Gartner existe una práctica estandarizada definida por:
Una planificación continua. Basada en una previsión de contratación ascendente fundamentada en el reclutamiento, la flexibilidad y la puesta en común de objetivos a conseguir, lo que se traduce un 37% menos de costes por contratación.
Un proceso de contratación predictivo. Centrado en el candidato e impulsado por las necesidades de mercado, reduciendo en un 22% el tiempo que se tarda en cubrir una vacante.
Un diseño centrado en el talento. Buscar personal alineado con segmentos de talento, no unidades de negocio, centrándose en roles especializados, mejora la productividad del seleccionador en un 31%.
La verdadera finalidad del Agile Recruiting no es otra que la de ir aprendiendo sobre la marcha, aplicando de inmediato todas las mejoras que contribuyan a desarrollar procesos de selección más dinámicos que repercutan en una experiencia positiva tanto a los candidatos como a las empresas.
Entre los muchos beneficios que se manifiestan cuando aplicamos las metodologías ágiles en la selección de talento, destacamos:
Cuando los profesionales de RRHH utilizan los sistemas de Recruiting Agile, el flujo de trabajo se vuelve más flexible y éstos obtienen más control sobre las decisiones que pueden tomar, eliminando largos procesos burocráticos que entorpecen dar el siguiente paso y dar continuidad a todas las fases de reclutamiento.
Este hecho permite detectar fallos y áreas de mejora con más rapidez y ponerles remedio para crear un sistema de mayor eficacia que permita atraer a los candidatos estrella.
El resultado, los recruiters reducen el tiempo a la hora de cubrir una vacante y, además, las posibilidades de contratar al mejor talento aumentan, ya que dejamos menos margen a la competencia.
En pocas palabras, nos volvemos más productivos.
Una de las bases de las metodologías ágiles es que todo el mundo participa en los proyectos, creando puntos de contacto interdepartamentales. Gracias a esto, es más sencillo dar y recibir feedback constante e ir implementando los ajustes pertinentes casi a tiempo real.
Además, esta mejora de la comunicación también permite ejecutar iniciativas innovadoras que pueden provenir de la persona menos inesperada, mejorando la confianza y le eficiencia.
El trabajo en equipo se vuelve una constante, fomentando la interacción y la colaboración entre compañeros y mejorando el clima laboral.
Al haber mayor colaboración entre departamentos, los profesionales de RRHH entienden mejor las necesidades y roles que se deben cubrir en cada puesto vacante, por lo que encontrar los perfiles adecuados es más sencillo.
Lo mismo pasa con los candidatos. En los procesos Agile Recruiting, la comunicación con ellos es constante y, al mantenerse actualizados de su estado en cada fase, se sienten mejor atendidos.
No hay que olvidar que una mala experiencia por parte de los candidatos puede suponer exponer a la imagen de marca a una mala publicidad en las Redes Sociales, perjudicando su reputación y reduciendo el número de personas que quieran entrar a trabajar en la organización.
El uso de nuevas herramientas tecnológicas basadas en People Analytics que se utilizan en los procesos Agile permiten monitorizar los resultados de las estrategias de selección, ayudando a comprender qué métodos funcionan y cuáles no.
Por ejemplo, se puede obtener información sobre en qué momento los candidatos suelen abandonar, y en base a ello, hacer ajustes para mejorar el “embudo de captación de talento”.
Existen varias metodologías para poner en práctica el Agile dentro de la organización. Las tres más extendidas son:
SCRUM: dentro de este marco de trabajo, el equipo se divide en varios subgrupos autogestionados, lo cuales se encargarán de alguna tarea concreta, para luego unir todas las piezas. Se trabaja por sprints, fases cortas (1 semana) en las que se deben alcanzar los pequeños objetivos que sirvan para lograr la meta final. Al final, se analizan los resultados para ver qué ha funcionado y qué se puede mejorar.
KANBAN: con este método se organiza el flujo de trabajo de una manera puramente visual, a través de “pizarras kanban” en las que aparecen listadas las tareas según la fase en la que se encuentren.
LEAN: trata de maximizar el valor y la optimización del flujo de trabajo eliminando todo aquello inútil e innecesario que forma parte del proceso de selección. Con esta metodología se pretende añadir valor, eliminar residuos y avanzar y mejorar de forma continua.
Lo habitual en las organizaciones es utilizar varios métodos Agile a la vez, usando aquello que funciona para maximizar los resultados.
¿Utilizas Agile Recruiting en tu organización?
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